El emprendimiento es el motor de la economía actual: genera empleo, paga impuestos e impacta significativamente en su comunidad. Asimismo, tiene desafíos en cuanto al valor del patrimonio y la cooperación como ventaja competitiva en los mercados globales.

La digitalización transformó la forma en que los emprendedores crean, promocionan y hacen crecer sus negocios. Las plataformas en línea permiten llegar a mercados globales y acceso más fácil a recursos y herramientas para convertir sus ideas en realidad. Sin embargo, también puede llevar a la homogeneización de productos y servicios, además de la pérdida de la diversidad cultural y patrimonial.

Entonces, es importante que los emprendedores tengan en cuenta tanto el patrimonio como la cultura local al crear y promover sus negocios; junto con buscar formas de preservarlos y protegerlos para que su puesta en valor se convierta en la fuente de diferenciación.

En ese sentido, la cooperación entre emprendedores es un factor clave. Contribuye a mejorar la eficiencia, la creatividad y a amplificar el alcance de la cultura local. Crear redes de apoyo y recursos compartidos puede ayudar a superar desafíos y alcanzar el éxito a largo plazo.

Los emprendedores deben integrar estas consideraciones en sus negocios y colaborar con otros para construir un futuro más brillante y sostenible para todos.

Juan Pablo Carrasco Lillo
Académico de Vinculación con el Medio
Facultad de Economía y Gobierno
Universidad San Sebastián

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